Tus ojos de gata…
Recuerdo que cuando nos vimos hace unas semanas tuve la misma sensación que la primera vez que se cruzaron nuestras miradas. Fue todo silencio alrededor, como si todo se moviera a nuestro alrededor y nosotros estuviéramos en pausa. No recuerdo la música que sonaba; ni falta que me hace; sólo recuerdo como brillaban tus ojos. No eran ni el Tigris ni el Éufrates, pero eran mi Tierra Prometida. Verdes intensos, un verde coral que te atrapaba y te arrastraba hasta las profundidades.
Ayer fue igual que la primera vez que nos amamos. Tu olor era como llegar a casa después de un viaje.
En tu cuerpo desnudo nunca me canso, siempre ha sido territorio de muerte obligada
Tus pechos me sorprendieron como una emboscada y en tu ombligo lecho de flores…
Bebimos el uno del otro. Corrimos con prisa hacia el amanecer para ganarle la batalla al tiempo. Siempre me has parecido frágil y fuerte a partes iguales. Una pura contradicción en perfecta armonía.
Curaste con tu boca mis heridas de guerra. Acariciaste mis alas con las yemas de tus dedos. Me envolviste por completo con tus brazos y tus piernas, y nos acurrucamos.
Recuerdo que cuando nos vimos hace unas semanas tuve la misma sensación que la primera vez que se cruzaron nuestras miradas. Fue todo silencio alrededor, como si todo se moviera a nuestro alrededor y nosotros estuviéramos en pausa. No recuerdo la música que sonaba; ni falta que me hace; sólo recuerdo como brillaban tus ojos. No eran ni el Tigris ni el Éufrates, pero eran mi Tierra Prometida. Verdes intensos, un verde coral que te atrapaba y te arrastraba hasta las profundidades.
Ayer fue igual que la primera vez que nos amamos. Tu olor era como llegar a casa después de un viaje.
En tu cuerpo desnudo nunca me canso, siempre ha sido territorio de muerte obligada
Tus pechos me sorprendieron como una emboscada y en tu ombligo lecho de flores…
Bebimos el uno del otro. Corrimos con prisa hacia el amanecer para ganarle la batalla al tiempo. Siempre me has parecido frágil y fuerte a partes iguales. Una pura contradicción en perfecta armonía.
Curaste con tu boca mis heridas de guerra. Acariciaste mis alas con las yemas de tus dedos. Me envolviste por completo con tus brazos y tus piernas, y nos acurrucamos.
Banot Mito
3 comentarios:
La pasiòn es un misterio que se repite en continuaciòn, no te da tregua. Ojalà encontremos definitivamente un objeto de pasiòn que nos tenga siempre acurrucados...
Dios te oíga amiga mía. Jajajajaja.
Al final la verdadera pasión la llevamos dentro, hay quien la vive contenida, escondida, frustrada, y se desvía y se manifiesta grotesca, como llagas y heridas que destruyen el alma. Y hay la pasión desatada, efervescenta, regalada, la pasión por vivir y dar vida, la pasión compartida a partes iguales, equitativa. Pero la pasión siempre está ahí, en las vilezas más sórdidas y en las hazañas más sublimes... invocar a Dios para encontrarla ya indica un camino...
Como dijo Benavente:
"Si la pasión, si la locura no pasara alguna vez por las almas... ¿qué valdría la vida?"
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