viernes, 19 de diciembre de 2008

HOMENAJE A "KIKO" CABRERA






"En el año 1975 me casé con Zoraida Lorenzo, una tinerfeña del Puerto de la Cruz y miren ustedes, 33 años después, seguimos luchando juntos. Sin su apoyo constante e incondicional, nada de lo que he conseguido hubiera sido posible. Hemos tenido dos hijos Rubén e Irene, uno chicharrero y la otra lagunera, de los que me siento muy orgulloso porque son dos hijos ejemplares. Tengo la suerte de tener una familia muy unida y tanto mi madre, mi hermana y mi sobrina, siempre están ahí para apoyarme en los momentos difíciles. Como verán lo más bonito de mi vida me ha pasado en esta Isla y espero que lo que venga sea aún mejor...".

Estas palabras son un extracto de la última intervención pública de José Francisco Cabrera Acosta, conocido por todos como Quico Cabrera que, en la tarde de ayer, falleció a los 57 años de edad, víctima de una cruel enfermedad. La enorme conmoción que causó la noticia no alcanza a la extraordinaria sombra que proyecta una figura excepcional, la de uno de los mejores dirigentes deportivos en la historia del deporte canario... Y la de una persona a la que sus amigos califican "como alguien excepcional, extraordinario, que ayudó a mucha gente, que siempre arrancaba una sonrisa a su gente, un luchador incansable".

Quico nació en Isora (El Hierro) en 1951 y, muy joven, emigró a Venezuela con sus padres. Allí dio sus primeros pasos en el mundo del voleibol. En 1975 vinculó su vida a la persona que le ha acompañado durante 33 años, Zoraida Lorenzo, con la que tuvo dos hijos. En 1981, años después de su regreso a las Islas y ya estabilizado en Tenerife, fundó junto a sus dos mejores amigos (Luis Beltri y Lolo Cabrera) el Club Voleibol Tenerife, el otro gran amor de su vida. Empezó jugando, pasó por el banquillo y, con la necesidad de profesionalización y el crecimiento gigantesco de la entidad, pidió excedencia de su trabajo como funcionario y se centró en las labores de presidente del club. La trayectoria está plagada de éxitos que no tienen parangón en el deporte tinerfeño y que, difícilmente, lo hallarán en otra disciplina polideportiva. Sus 28 títulos, entre los que destaca la Copa de Europa cosechada en 2004, resultan casi imposibles de igualar.

El voleibol femenino nunca le agradecerá lo bastante todo lo que ha hecho por esta disciplina deportiva. Capaz de llenar pabellones como el Paco Álvarez primero (liga 91-92), el Pabellón de Santa Cruz después (clasificación para primera "final four") y hasta el Santiago Martín (título europeo en 2004 entre otras ocasiones). La repercusión mediática del CV Tenerife y el cariño que ha enraizado en el aficionado de la Isla ha servido también para que pasaran por la entidad jugadoras tan importantes como Magaly Carvajal, Maurizia Cacciatori, Elena Godina o Neslihan Darnel, entre otras estrellas mundiales.

Fuera del voley

Pero Quico quiso saltar la barrera del voleibol y estuvo presente en un sinfín de instituciones como la Federación Española (fue vicepresidente), la Confederación Europea, el Consejo Canario del Deporte, la Fundación Pedro García Cabrera... Su salto más sonado lo protagonizó al presentarse como alternativa para la presidencia del CD Tenerife en 2003. Sus ganas de ayudar le llevaron a aceptar la vicepresidencia y unir su plataforma a la de Víctor Pérez de Ascanio. Al ver lo que se cocía en el fútbol, prefirió no restarle más tiempo a los suyos ni al club de su vida y acabó dimitiendo.

Recientemente, recibió el último de los numerosos reconocimientos que han intentado homenajear a una figura tan importante. El Cabildo de Tenerife le entregó el título de Hijo Adoptivo. La Comisión Plenaria reconoció sus logros con un dictamen en el que se recoge que "el CV Tenerife es el más laureado de la historia del deporte en Canarias, y único equipo canario y español, tanto masculino como femenino, que ha sido Campeón de Europa de la Liga de Campeones, habiendo conseguido 30 títulos, 28 sénior y dos júnior, bajo su presidencia. La labor de Cabrera, no sólo ya para el voleibol canario, sino para todo el deporte insular, canario y nacional, ha sido de una extraordinaria trascendencia, habiendo abierto un admirable camino en el ámbito de la gestión deportiva, a lo que sin duda ha contribuido, aparte de su indudable esfuerzo y constante trabajo, esa gran ilusión que, puesta en práctica, le ha hecho llegar a él y a su Club a cotas insospechadas cuando comenzó a dar los primeros pasos en este deporte, la gran pasión de su vida: el voleibol".

PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EL DÍA POR JUAN JOSÉ RAMOS

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