viernes, 12 de octubre de 2007



A lo largo de estas últimas semanas, me he sentido como un fantasma que deambula desamparado, desanimado y desesperanzado; como el que camina si rumbo, perdido en una casa llena de habitaciones buscando algo de vida en el interior. Habitaciones de ventanas viejas y suelos de madera que crujen con el peso de mis pasos.

Me acerco a una ventana enorme, de las de guillotina y al abrirla el viento me golpea la cara. La cierro y salgo del cuarto. Recorro un enorme pasillo y llego a unas escaleras. Bajé saltando los escalones de dos en dos, como si algo o alguien me llamara. Mis pasos me llevaron a un salón con un cuadro de mujer en la pared. Me quedé inmóvil, mi respiración agitada fue dando paso a una respiración más cadenciosa. La mujer del cuadro me hablaba de cosas hermosas, de lugares soñados, de valles por descubrir, de mapas por recorrer. Había algo en sus ojos que me hablaba de vida, de vida con mayúsculas.

Creo que en cierto modo sigo allí mirando el cuadro, viendo su pelo ondulado, negro, su sonrisa llena de inocencia y sus ojos que me hablan de vida con mayúsculas.
Banot Mito

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabes que nunca te he pedido nada. Que me he limitado a estar, a verte y ser compañía. A permanecer en silencio cuando tu mirada se perdía y entrabas en tu mundo interior. Gracias por tu elegancia en el trato. Por tu sinceridad en cada momento. Gracias por lo que me has dado de más en estos últimos días. Ha sido un hermoso regalo.


"Debo leer en el mar la lección de lo inmenso y renombrar el color que la vida me enseña debo saber respirar un oxígeno fresco y regresar a ese sol que contigo me espera"

Silvio Rodríguez