miércoles, 28 de mayo de 2008

Iñaki Ochoa se apaga en el Annapurna

Cinco días de esfuerzos indescriptibles no han servido para salvar la vida del alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza, que ha fallecido esta mañana a las 08.45 (12.30 en Nepal) en la tienda del campo 4 de la cara sur del Annapurna. Iñaki no ha muerto solo: junto a él, y desde ayer, seguía el suizo Ueli Steck hidratándole y medicándole de acuerdo a los consejos de un equipo médico reunido en Pamplona por Koldo Aldaz, Jorge Nagore y Cristina Orofino, íntimos del himalayista navarro y auténticos responsables del despliegue técnico y humano puesto en marcha desde el lunes para socorrerle.
A primera hora de la mañana, sólo había sitio para la esperanza en Pamplona: el kazajo Dennis Urubko había dejado el campo 3 con oxígeno embotellado en su mochila, un medio para mantener a Iñaki unas horas más con vida. Por debajo, en el campo 2, un médico polaco esperaba con una cámara hiperbárica e, incluso el ruso Sergei Bolotov, aquejado de un edema pulmonar se había negado a descender hasta el campo base y había vuelto sobre sus pasos hasta alcanzar el campo 3. Todo por Iñaki.

En un gesto de profundo conocimiento de lo que implica permanecer en una montaña de estas características, la familia del alpinista navarro ha solicitado a las 14 personas involucradas en el rescate que desciendan cuanto antes, máxime cuando el tiempo ha empeorado bruscamente. Sólo Urubko prestará ayuda al suizo Steck mientras la familia aplaza cualquier decisión sobre el cuerpo de Iñaki Ochoa.

Iñaki, atrapado a 7.400 metros desde el lunes, ha vivido las últimas 48 horas contra el reloj: el cuerpo humano se 'come' a sí mismo a esa altura, se degrada sin remedio. Lo sabía bien Iñaki, lo sabía su familia, los médicos y los alpinistas que han corrido montaña arriba para evitar éste desenlace. Se va uno de los himalayistas más carismáticos y comprometidos del momento. Queda una enorme lección de solidaridad.

Ayudas en vano

Ochoa de Olza, quien había renunciado a la cima por unas congelaciones en sus dos manos, sufrió el pasado día 19 un ataque que le dejó prácticamente inconsciente, un estado en el que ha permanecido durante estos días a 7.400 metros de altitud junto con su compañero rumano Horia Colibasanu. Allí permanecieron solos y sin medicación hasta que ayer llegó el primero de los alpinistas movilizados para su rescate, el montañero suizo Ueli Steck, quien le prestó asistencia médica siguiendo las instrucciones que le transmitía por radio un equipo médico.

En ese momento, Colibasanu, quien también sufría problemas de salud, emprendió el descenso. La llegada de Steck hizo que los allegados al montañeros no perdieran la esperanza de que éste pudiese recuperarse, lo que finalmente no ha sido posible. Además se da la casualidad de que hoy había salido un segundo helicóptero en busca del montañero, la última de las gestiones que habían realizado y que, según han lamentado, "ha llegado demasiado tarde".

Ahora, según han apuntado dichas fuentes, lo importante es ayudar a bajar de la montaña, donde hace muy mal tiempo, a quienes han ido a ayudarle y que "han dado mucho más de lo que nadie está dispuesto a dar por él". Ochoa de Olza era un montañero experimentado con treinta expediciones al Himalaya y 15 ochomiles en su haber, según se indica en su página web, en la que se destaca que fue el primer español en escalar un ochomil en 24 horas y poseía el récord español de ascenso en el Aconcagua (5 horas y 45 minutos) hasta el año 2004.

ÓSCAR GOGORZA - Madrid - 23/05/2008
Publicado en El Pais Digital

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